En Cataluña es tradición que el lunes de Pascua
los padrinos o los abuelos regalen a sus ahijados o nietos
un pastel coronado por un huevo gigante de chocolate
o con alguna figurita hecha de chocolate que
representa un personaje popular.
Es una torta de la Pascua cuya degustación simboliza
que la Cuaresma y sus abstinencias se han acabado.
Se prepara tradicionalmente en las
regiones murciana, valenciana, catalana,
aragonesa y castellanomanchega.