La lechuga romana es una de las verduras que más consumimos. Es
muy saludable y recomendada a todo tipo de personas ya que posee bastantes vitaminas: A, del grupo B, C y E, magnesio, potasio, calcio, sodio, hierro y selenio.
Además, tiene flavonoides que cuidan el corazón y protegen el hígado.
Al igual que con el apio, puedes cultivar una lechuga romana usando solo el tallo que generalmente suele acabar en el cubo de la basura.
De la misma forma que con el apio, solo tienes que tomar la base recién cortada y colocarla, con la parte cortada hacia arriba, en un recipiente de agua donde reciba luz solar directa. Cámbiale el agua todos los días para evitar el moho.
Después de unos días, comenzarás a ver brotes y hojas. Siete a diez días después podrás plantarla en tierra, y en unas semanas tendrás una planta de lechuga nueva. Cosecha y repite el proceso.
Fuentes: buenasiembra, ecoinventos, wikihow, backtomyroots