Expertos. Susana Fuentes, Martín Garaycoechea y Marcelo Rondina de los hospitales El Cruce y Evita Pueblo.
Médicos lograron normalizar los valores de glucosa de once pacientes.
26/06/2013
| 07:48
Se inyectaban
insulina dos
o tres veces al día, tomaban una variedad de medicamentos y sentían
culpa cada vez que comían algo dulce. Hoy ya no. Su diabetes mejoró
o está en remisión,
gracias a una cirugía
metabólica sin
precedentes en los hospitales públicos del país.
precedentes en los hospitales públicos del país.
Once
pacientes diabéticos con sobrepeso fueron operados por un equipo
interdisciplinario de los hospitales bonaerenses “El Cruce”
de Florencio
Varela y Evita Pueblo de Berazategui.
La cirugía metabólica, similar
al by pass gástrico,
eliminó su dependencia de la insulina y normalizó sus valores de
glucosa.
“Siete
de los pacientes dejaron
de requerir insulina y
los demás pasaron de tomar tres medicamentos por día a uno solo”,
le dijo a PERFIL Marcelo Rondina, cirujano del equipo. Los médicos
presentaron la experiencia en el VII Congreso Internacional de
Cirugía Bariátrica y Metabólica que se llevó a cabo recientemente
en Mendoza.
La
cirugía metabólica es una consecuencia inesperada del by pass
gástrico. El 30% de los obesos mórbidos son diabéticos. Los
médicos observaban que al operarlos para que bajaran de peso, “sin
querer” corregían la diabetes.
Rondina
señaló que este tratamiento “solo se aplica a personas diabéticas
que cumplen condiciones específicas”. Actualmente, operan
a diabéticos tipo 2,
con un nivel de obesidad bajo, cuyo índice de masa corporal está
entre 30 y 35. “Nunca hablamos de cura, porque la diabetes es una
enfermedad genética. Sí hablamos de remisión o de mejoría –aclaró
Rondina–. Tampoco es ‘el’ tratamiento sino una opción
terapéutica más que, en casos bien seleccionados, puede tener
resultado favorable”.
Hace
tres años que el equipo trabaja en este tema en el país. Los
profesionales del hospital, encabezados por Martín Garaycoechea,
fueron capacitados en Brasil por el especialista Ricardo Cohen,
pionero en estas intervenciones.
La
Federación Internacional de Diabetes declaró en 2011 que “hay
evidencia suficiente de que la salud de las personas obesas con
diabetes tipo 2 puede beneficiarse de la cirugía
bariátrica en
determinados casos”.
En 2007 hubo un consenso internacional entre clínicos y cirujanos, en el que se reconoció a esta operación como alternativa para pacientes con mala respuesta farmacológica. “A partir de ese momento se empieza a hablar de cirugía metabólica. No la llamamos cirugía para la obesidad porque la técnica no es la misma y el paciente tampoco”, diferenció Susana Fuentes, diabetóloga del equipo interdisciplinario y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes.
En 2007 hubo un consenso internacional entre clínicos y cirujanos, en el que se reconoció a esta operación como alternativa para pacientes con mala respuesta farmacológica. “A partir de ese momento se empieza a hablar de cirugía metabólica. No la llamamos cirugía para la obesidad porque la técnica no es la misma y el paciente tampoco”, diferenció Susana Fuentes, diabetóloga del equipo interdisciplinario y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes.
“Los
resultados son alentadores”, reconoció Rondina. Tras la cirugía,
mejora el funcionamiento del páncreas y baja la tasa de problemas
relacionados con la diabetes. “No se revierten las complicaciones
que la persona tiene, salvo en el caso de la nefropatía (enfermedad
del riñón), pero no aparecen lesiones nuevas”, detalló
Fuentes.
Debate. La polémica en torno a la cirugía metabólica es si el paciente lograría los mismos resultados haciendo régimen. Sin embargo, para los médicos los efectos no se explican solamente por la pérdida de kilos. “Las personas vuelven a su casa sin medicación”, describió Rondina. “Tardan más o menos un año en bajar de peso, pero los resultados se ven inmediatamente después de la cirugía”, agregó Fuentes.
Debate. La polémica en torno a la cirugía metabólica es si el paciente lograría los mismos resultados haciendo régimen. Sin embargo, para los médicos los efectos no se explican solamente por la pérdida de kilos. “Las personas vuelven a su casa sin medicación”, describió Rondina. “Tardan más o menos un año en bajar de peso, pero los resultados se ven inmediatamente después de la cirugía”, agregó Fuentes.
La
redistribución del pasaje
del alimento en el tubo digestivo es la clave.
Tras la operación, la comida entra en contacto inmediato con el
intestino y esto estimula la secreción de una hormona (GLP1) que
promueve la producción de insulina. “Los fármacos actuales para
tratar la diabetes son incretinas, están hechos a base de hormonas
que libera el intestino. Son las mismas que el paciente empieza a
producir dentro de su cuerpo después de la cirugía”, aclaró la
diabetóloga.
Un
estudio de la Universidad de California publicado a principios de
junio en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos
(JAMA), revisó la evidencia de la cirugía bariátrica en el control
de la diabetes, y concluyó que “puede ayudar a las personas
diabéticas moderadamente obesas, pero se necesitan más pruebas
antes de promover su generalización”.
Los
autores señalaron que se
necesitan más estudios,
en particular sobre cómo les fue a los pacientes después de dos o
más años, así como las tasas de complicaciones y efectos
secundarios. Los médicos locales reconocieron que aún son pocos los
casos de pacientes operados en el mundo y todavía se desconocen los
resultados a largo plazo, aunque enfatizaron que las perspectivas son
muy alentadoras.
“Todavía no es un procedimiento generalizado porque la casuística mundial es reducida y el tiempo es corto. Pero las perspectivas a largo plazo son buenas. A medida que se profundice el conocimiento, pienso que se va a expandir”, concluyó Rondina.
“Todavía no es un procedimiento generalizado porque la casuística mundial es reducida y el tiempo es corto. Pero las perspectivas a largo plazo son buenas. A medida que se profundice el conocimiento, pienso que se va a expandir”, concluyó Rondina.
“La
intervención mejoró nuestra calidad de vida”
La
vida de estas cuatro personas tiene un punto en común: todos
sufrieron diabetes y, también, todos experimentaron un cambio
de vida gracias a la cirugía metabólica.
“No estamos curados sino que la enfermedad está como en stand-by”,
resumió Rita Prieto, de 52 años. Manuel Silva, de 38 años, se
enteró que tenía diabetes hace tres años, en un test
preocupacional. Pasó por todos los tratamientos: medicamentos,
dietas e insulina hasta que su médica le ofreció la posibilidad de
la cirugía. “No lo dudé”, destacó el joven, que se operó el
año pasado. Manuel pesa 25 kilos menos que en 2012 y hoy solo
necesita tomar una pastilla a la noche para controlar su diabetes.
“Antes portaba la heladerita con las inyecciones de insulina a
todos lados.
Me
inyectaba dos veces por día. Ahora ya no; gané calidad de vida”,
resumió.
Eva
Perfumo, de 53 años, fue otra de las 11 pacientes que se realizó la
cirugía metabólica. En su caso, le costaba muchísimo cuidarse con
las porciones de comida, que ponían en jaque sus valores de
glucemia. Después de la operación, bajó 20 kilos y ya no toma
medicación. “Es posible llevar una vida y una dieta normal”,
celebró. Silvia Paz, de 60 años, se enteró a los 50 que tenía
diabetes. La acosaba el fantasma de su abuelo que había muerto
ciego. La cirugía la liberó de los medicamentos y, como al resto de
los pacientes, alteró su forma de comer: ahora siente saciedad
enseguida y le cambió el gusto por algunos alimentos que antes
adoraban. Todo los pacientes dicen que siguen cuidándose con las
comidas. “No nos vas a ver devorar un kilo de azúcar. Seguimos
siendo diabéticos”, concluyó Rita.