Milanesa napolitana
En la década del 50 un restaurante ubicado frente al Luna Park tenía un cliente que llegaba siempre a medianoche
para comer milanesa.
Una noche el cocinero se excedió con la fritura y quemó la única milanesa que quedaba. Para evitar la ira de su cliente, al propietario del establecimiento –José Nápoli- se le ocurrió disimularla con jamón, queso y salsa de tomate y le propuso probar algo nuevo y especial: la Milanesa a la Nápoli.
Al tipo le encantó y así nació uno de los platos más tradicionales de la gastronomía porteña.
Con el tiempo la deformación en el habla la convirtió en milanesa napolitana.
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