En
realidad, lo que hacen los gatos es buscar los sitios más soleados,
los
más calentitos, para echarse sus largas siestas porque de esta forma el calor del sol equilibra la pérdida de temperatura corporal de su organismo cuando duermen.
más calentitos, para echarse sus largas siestas porque de esta forma el calor del sol equilibra la pérdida de temperatura corporal de su organismo cuando duermen.
No
es necesariamente el sol lo que les atrae, sino el calor. Por eso les
vemos enroscarse en la cama, o en el sofá, o en la mullida butaca
donde hemos estado sentados. Los lugares calientes y, a ser posible,
blandos les gustan.
Pero,
además de ser lugares con la temperatura adecuada, deben ser también
lugares donde se sientan seguros, donde perciban que ningún peligro
les acecha.
Eligen
muy bien sus territorios de descanso.
También
es cierto que los gatos duermen mucho, pueden llegar a pasar dormidos
hasta el 70% del día. Que duerman más o menos tiene mucho que ver
con las condiciones ambientales, con la edad y con el hecho de vivir
en compañía o no.
Mientras
que un gato adulto puede dormir de 12 a 15 horas al día, un gatito
pequeño se puede pasar hasta 20 horas durmiendo (sobre todo cuando
son muy pequeñitos, es decir, hasta las 4 ó 5 semanas de vida), es
un comportamiento perfectamente normal. También duermen más
los gatos solitarios que los que viven en compañía.
Sin
embargo, hay algo importante que debéis saber sobre el sueño de los
gatos. No duermen “de un tirón” las 15 horas, ni muchísimo
menos. Lo que hacen es encadenar muchas “siestas” cortas, de unos
pocos minutos en ocasiones. Y pueden hacer esas siestas tumbados,
pero también sentados o en posiciones que pueden ser a veces muy
divertidas. Este sueño ligero, las siestas cortas, ocupan la mayoría
de su tiempo de sueño.
Durante el sueño ligero los músculos del gato no se relajan completamente, de modo que pude despertar, saltar, correr y brincar en un abrir y cerrar de ojos.
Las
fases de sueño
ligero se
alternan con otras fases de sueño profundo, según los estudios
realizados, podemos afirmar que los gatos “sueñan”, o, como
mínimo, su actividad cerebral muestra signos muy similares a los que
nosotros tenemos cuando soñamos.
En
las fases de sueño
profundo,
si tenéis gato lo habréis comprobado más de una vez, el gato se
mueve, puede emitir sonidos, mueve los bigotes, las orejas… pero su
cerebro está tan alerta como cuando está completamente despierto.
Por eso se dice que los gatos “duermen con los ojos abiertos”.
No
es buena idea molestarle cuando duerme, tirarle de la cola o de los
bigotes, aunque sea como un juego, porque inmediatamente se
despertará y reaccionará a la defensiva. Pero, de la misma forma,
por muy profundamente dormido que esté, reaccionará antes las
caricias estirándose y disfrutando de ellas.
Las pautas de sueño, decíamos al principio, varían en función del lugar donde los gatos viven. Un gato que vive en una casa con jardín o con una terraza donde pueda dar paseos o hacer sus carreras de caza nocturnas dormirá más durante el día.
Y
los despertares siempre cumplen el mismo ritual: bostezos,
estiramientos de cuello, estiramientos de las patas de atrás,
arqueamiento del lomo… de esta manera destensan los músculos,
preparan las articulaciones para el movimiento y activan
adecuadamente la circulación.
Todas
estas pautas indican que el sueño del gato es normal y su estado
físico es bueno. Las alteraciones en el sueño son síntomas
de estrés o
de algún problema fisiológico que es conveniente consultar con el
veterinario para prevenir posibles males mayores.