FIBROMIALGIA: CUANDO LA INCOMPRENSION DUELE MAS QUE LA ENFERMEDAD…




FIBROMIALGIA: CUANDO LA INCOMPRENSION DUELE 

MAS QUE LA ENFERMEDAD…


Cuando se nos diagnostica cualquier enfermedad, se nos da un tratamiento adecuado a nuestras dolencias, después de un tiempo con el tratamiento, empieza la recuperación, esto sucede normalmente; pero en la Fibromialgia , el trayecto es muy diferente.

Al no existir un conocimiento profundo sobre el paradigma del dolor crónico difuso, no se conocen con exactitud los  mecanismos de sensibilización central y periférica, y esa falta de información provoca uno de los principales problemas de esta patología: el retraso en el diagnóstico.

Es cuando después de años con dolores, de síntomas, de ir y venir de especialistas, de tratamientos, inestabilidad psicológica, presiones por parte de los familiares y amigos, nos dan el diagnóstico:Fibromialgia, es cuando nos llega un alivio, (como muchos dicen: no es cáncer), pero es un alivio momentáneo, porque ahora toca asumir la enfermedad, hay que aprender a convivir con la enfermedad, “a sufrir el dolor en silencio”, es entonces, cuando llega el dolor de la INCOMPRESIÓN,la lucha contra la incomprensión, nuestro entorno empieza a cambiar.

Somos como un paciente imaginario. Somos en muchos casos como enfermos simuladores, tenemos que demostrar que estamos realmente enfermos, que nos duele de verdad, piensan que somos débiles de mente y de físico, se piensa que el dolor que nosotros tenemos lo tiene todo el mundo, que los demás pueden soportarlo mejor que nosotros. 

Pero no solo sentimos dolor, sino que sentimos que nos rasgan por dentro, de día y de noche, nuestro cuerpo grita constantemente, sin descanso, ya no puede más.

Para muchos de los pacientes, es más dura la incomprensión que sufren, que los propios dolores.

Como siempre te estás quejando del dolor y de cansancio, acaban por no escucharte, que eso duele más. Además, todavía existen profesionales médicos, que se resisten a creer en esta patología, 

LA FIBROMIALGIA, no requieren un acto de fe, no hay que “creer o no en ellas”, existen. 

Lo que requiere eso sí, a parte de una cura, es un reciclaje continuado por parte de los facultativos y buenos diagnósticos diferenciales.