Es el que se extrae de las destilaciones de patata, remolacha, caña de azúcar, etc., y se puede adquirir en droguerías y grandes almacenes.
No suele utilizarse para el consumo humano (la mayor parte del vinagre
que se consume procede del vino y su calidad y su precio dependen de la calidad del vino).
Los vinagres blancos de vino, al igual que los vinagres de alcohol, son más baratos y son los que se emplean para la limpieza de metales, suelos de madera, azulejos, etc.