Es una substancia salina en forma de polvo de color blanco que puede aparecer en las losetas del suelo, en las paredes y hasta en la tierra del jardín, de las casas próximas a una zona de mar.
Las superficies duras y porosas como la piedra, la teja o el ladrillo, se limpian frotando con un cepillo de cerdas duras y agua muy caliente con jabón.
Las paredes se protegen con una mezcla hecha con dos partes de aceite de linaza y una parte de aguarrás.