ALABASTRO:

Moscú, Universidad Estatal

Se trata de una piedra blanca, no muy dura, en ocasiones translúcida, que se emplea para hacer baldosas, esculturas y detalles de muebles o envases decorativos pequeños (perfumeros, cajas, pastilleros). 
A la hora de limpiarlo suele confundirse con el mármol o con el yeso, sin embargo, requiere un tratamiento específico que consiste en pasar suavemente y con movimientos circulares un algodón empapado en aguarrás. 
Se deja secar, se espolvorea con talco y se cepilla.