Ocho de cada diez adolescentes sufren acné, una enfermedad de la piel que suele
originarse en la pubertad, pero que también puede darse en adultos.
Perejil: Esta planta desinfecta los poros y ayuda a retirar el exceso de grasa de la piel.
Por eso, es muy recomendable limpiar el cutis a diario con un vaso de agua en el que habrás hervido un ramillete de perejil. Semanalmente, aplícate una formidable mascarilla antiacné mezclando perejil licuado con clara de huevo batida. Deja que actúe 15 minutos.
Miel: La miel ayuda a bajar la inflamación de la piel y, además, actúa como un fabuloso
antibiótico natural que normaliza los procesos infecciosos que provocan el acné. Aplícala
directamente sobre el grano, combinada con una gota de aceite esencial de árbol de té.
Si no encuentras este producto, mézclala con unas gotas de jugo de uva.
Regaliz: De la raíz de regaliz se extrae ácido glicirricínico, un activo natural que forma
parte de uno de los últimos avances para curar el acné menos grave. En combinación con áloe vera, el ácido glicirricínico mejora en un 75% el estado del acné en tan sólo dos semanas. De venta en farmacias.
Hamamelis: En zonas extensas como la espalda, el escote o los hombros, va muy bien
aplicar después de la ducha agua de hamamelis, que se prepara hirviendo tres cucharadas de esta planta en medio litro de agua. Esta loción, aparte de aliviar el picor, ayuda a frenar la producción de sebo gracias a su gran acción astringente. Si en algún momento, notas la piel de la cara o del cuerpo muy reseca, extiéndete gel de áloe vera, una loción que rehidratará la dermis sin dejar residuos grasos sobre la piel.
Remolacha: En época de crisis –el acné suele rebrotar en otoño- toma diariamente en
el desayuno un cóctel ―antiacné‖ de excelentes resultados que se prepara pasando por la
licuadora remolacha, apio y tomate. Cuando la enfermedad remita, reduce la dosis a dos veces por semana.
Levadura de cerveza: La ansiedad y la tensión desajustan nuestra máquina hormonal.
Si el acné empeora en momentos de estrés, toma una cucharada de levadura de cerveza al día.
Este suplemento no sólo calma los nervios sino que también ayuda a hacer frente a la
infección y, gracias a su alto contenido en zinc, a acelerar la cicatrización de los granos.
Piel menos grasa con vitamina A: Está demostrado que la vitamina A es capaz de
mejorar algunos casos de acné debido a que reduce la producción de grasa bajo la piel
manteniendo el nivel óptimo de hidratación. Benefíciate de estos efectos comiendo una ración diaria de alimentos ricos en vitamina A –hígado, pescado azul, huevos, lácteos enteros, etc.- o en betacarotenos, el equivalente de esta vitamina en el reino vegetal.
Este pigmento lo encontrarás en las zanahorias, las espinacas, el boniato, los albaricoques secos, la calabaza, las mandarinas y las naranjas, entre otras frutas y hortalizas.
Vitamina B2 para el acné tipo hormonal: La aparición de granos de acné días antes
del período no sólo entre adolescentes sino también en mujeres adultas puede ser debido a un déficit de vitamina B6. La soja, el aguacate, los frutos secos, la col, el plátano y la uva te
ayudarán a prevenir esta clase de acné.
Vitamina C bacterias a raya. Por sus propiedades antibacterianas, la vitamina C, que
encontrarás en el tomate y el pimiento crudos, los cítricos, el kiwi, la granada y la fresa,
protegen las células de la piel de los ataques de los microbios previniendo la aparición de los granos y de las espinillas. Por otro lado, esta vitamina también ayuda a cicatrizar las heridas del acné.
Fibra: Aunque influyen factores hereditarios y hormonales, muchas veces el acné y la
piel grasa responden a un problema de estreñimiento crónico y de acumulación de toxinas.
Comételo aumentando la ingesta de fibra (ensaladas, verduras frescas, fruta, alimentos
integrales) y bebiendo 2 l. de agua al día.