ACNÉ 1





El acné consiste en la infección e inflamación de las glándulas sebáceas (productoras de sebo o grasa) de la cara, cuello espalda y pecho. 
Es más frecuente en la adolescencia y en aquellos casos en los que la producción de grasa en la piel es abundante, ya que las glándulas se taponan y se contaminan con bacterias que siempre hay en la piel.

En un bol pequeño mezcla un puñado de sal marina con agua templada y aplícala sobre la cara con un suave masaje. 
Deja un par de minutos y luego elimínala suavemente con la ayuda de una esponja. 
Mientras tanto, elabora una mascarilla de arcilla, mezclando el zumo de un limón y una cucharada sopera de arcilla verde hasta formar una especie de papilla.

Aplícala sobre la cara y déjala actuar durante 15-10 minutos.  Transcurrido este tiempo, quítatela con la ayuda de agua de cocción de las hojas externas de una cebolla y déjala secar al aire. 

La frecuencia de uso es de una vez por semana, aproximadamente.


Hay diferentes tipos de arcilla, pero cuanto más pura sea, más blanca es. 
Sus efectos regeneradores, de limpieza y antisépticos, se verán potenciados si se practica una alimentación
rica en frutas y verduras (por el elevado contenido en vitaminas A, C y E), reduciendo el uso de
chocolate, alcohol, té, café, embutidos y azúcar.

Se secará y desaparecerá antes si se mezcla una gotita de alcohol con una pizca de bicarbonato y se aplica directamente sobre ellos con un bastoncillo. 
Se deja que actúa un cuarto de hora y se retira suavemente con agua tibia.

Para el acné de adolescente, provocado por cambios hormonales, se necesita tiempo y una buena higiene; puedes aliviarlo aplicándote sobre la zona afectada pulpa de papaya porque al ser un exfoliante natural, retirará suavemente las impurezas de la piel, sin agredirla y aporta vitaminas.

Un remedio muy eficaz son los pedúnculos de las cerezas, ya que tienen una larga lista de aplicaciones cosméticas. 

En uso interno, la decocción de los rabitos de esta fruta de primavera combate la hinchazón y, en aplicaciones externas sirve para mejorar el estado del acné, así como para calmar las rojeces del cutis y los sarpullidos. 

Para ello, hierve un buen puñado de rabitos de cereza en medio litro de agua y cuando se haya enfriado filtra el
preparado y por último, lávate la cara con el agua de la cocción.