La
piel es el vestido natural de nuestro cuerpo y por ello se merece el
mejor de los cuidados.
Dentro de ella hay millones de células, destacando un tipo especial
que nos protege de
los rayos del sol: los melanocitos.
Estas células se encargan de
producir la melanina que filtra
los rayos solares para que no penetren en el cuerpo y aporte la
coloración morena u oscura
a la piel.
En el invierno no hay muchos rayos de sol pero para
protegernos en el caso de acudir
a las estaciones de invierno y lugares de altura, o simplemente por
cuestiones estéticas, propongo
un aceite para broncearse en invierno de la forma más natural.
Los
rayos solares tienen sobre nuestra piel un efecto acumulativo, esto
es, lo que recibimos
un día se suma a los anteriores y posteriores.
Ésta es la razón
por la que sus efectos suelen
presentarse a partir de los treinta y cinco-cuarenta años
(envejecimiento precoz, lesiones
en la piel, etc.)
Introduce
en un frasco 50 cc. de aceite de sésamo, luego echa 15 gotas de
aceite esencial
de jazmín y finalmente otros 50 cc. de aceite de sésamo.
Cierra el
frasco y agítalo con fuerza.
Puedes utilizarlo siempre que lo desees, incluso a diario si tu piel
se encuentra muy expuesta
al sol.